jueves, 2 de diciembre de 2010

De profundis.


«Detrás de la alegría y la risa, puede haber una naturaleza vulgar, dura e insensible. Pero detrás del sufrimiento, hay siempre sufrimiento. Al contrario que el placer, el dolor no lleva máscara.»


De profundis es sin duda una de las obras más fascinantes si se quiere conocer de primera mano quien era Oscar Wilde. Es un testimonio escrito en forma de larga epístola que sin duda lo aleja de su imagen frívola y deslenguada y nos muestra a un hombre con un profundo pesar y dolor.


Esta larga carta la escribió Wilde en 1891 durante su estancia en la cárcel de Reading donde cumplía condena por "comportamiento indecente y sodomia", acusaciones realizadas por el padre de su joven amante, a quien va dirigida la epístola, Lord Alfred Douglas.


Fue publicada cuatro años después de la muerte de Oscar Wilde de la mano de su fiel amigo Robert Ross. Mientras estuvo en la cárcel no pudo enviarla a su destinatario, por lo que le confió a Robert Ross dos copias y una de ellas iba dirigida a Alfred Douglas quien negó siempre haberla recibido.


Para aquellos que en esta gélidas tardes o noches de invierno se quieran sumergir en una lectura tierna, con momentos soberbios nada mejor que esta expresión en carne viva del dolor, la traición y el amor más sincero.


Plagado de brillantes reflexiones sobre la vida, el amor, la amistad, la fidelidad, la religión..que nos acercan a la vida y obra de Oscar Wilde de forma más clara y sincera que ninguna otra obra o biografía sobre este autor tan fascinante.


"Pero los que vivimos en la carcel, y en cuyas vidas no hay mas acontecimiento que la pena, tenemos que medir el tiempo por espasmos de dolor y el registro de los momentos amargos. No tenemos otra cosa en que pensar. El sufrimiento -por curioso que esto pueda parecerte- es el medio por el que existimos, y es el unico medio por el que somos conscientes de existir; y el recuerdo del sufrimiento en el pasado nos es necesario como garantia, evidencia, de nuestra identidad continuada. Entre yo y el recuerdo de la alegria hay un abismo no menos profundo que entreyo y la alegria en su inmediatez".


"En la vida no hay verdaderamente cosa pequena ni grande. Todas las cosas on del mismo valor y del mismo tamano".


"Voy a empezar diciéndote que me culpo terriblemente.Aquí sentado en esta celda oscura, vestido de presidiario, infamado y hundido, me culpo. En las noches de angustia perturbadas y febriles, en los días de dolor largos y monótonos, es a mí a quien culpo. Meculpo por dejar que una amistad no intelectual,una amistad cuyo objetivo primario no era la creación y contemplación de cosas bellas, dominara enteramente mi vida. Desde elprimer momento hubo demasiada distancia entre nosotros".

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