martes, 24 de enero de 2012

Los descendientes

"Los descendientes" es una película que está siendo aclamada por público y crítica. Presenta una trama de lo más convencional: un padre torpe que ha de hacerse cargo de dos hijas rebeldes. La nota curiosa de la película reside en que dicho padre es, además, un poderoso terrateniente hawaiano que ha de tomar una vital decisión sobre la última de las posesiones de su centenaria familia.

Basta un rápido vistazo a los elementos de "Los descendientes" para comprobar que se trata de un producto de una factura similar a anteriores bombazos "Oscar" como "Little Miss Sunshine". Aparecen aquí de nuevo personajes con líneas de guión disparatadas, momentos absurdos, una banda sonora "indie" y como telón de fondo una historia deprimente. En el caso de "Los descendientes", el dramón consiste en que la mujer del personaje de Clooney se encuentra en coma y éste, sintiéndose culpable por haberla desatendido en su moment, descubre que le era infiel con otro hombre. Toda la película gira entorno a esta culpa-frustración y la adereza, como en el resto de esta clase de películas "indie", con chistes groseros y situaciones tontas.

No nos equivoquemos: "Los descendientes" no es una mala película. Pero sí es tramposa. Busca conmover con situaciones límite y la pura y dura desesperanza. Habrá a quien guste esta clase de planteamientos. A mí, personalmente, me disgustan exactamente igual que su versión opuesta: la del cine al estilo "Capra", en que todo sucede para bien, todo resulta bueno finalmente. Es trampa.

Alexander Payne, que es el director de la película, ya hizo esto antes. Su película "A propósito de Schmidt" incurría en toda clase de trampas al espectador. Trampas que, so capa de un realismo fotográfico, aspiraba a conmover al público mostrando situaciones de vacío personal extremas de dudoso valor cinematográfico. A saber: el personaje de Schmidt (agente de seguros jubilado interpretado por Jack Nicholson) sin nada que hacer una vez jubilado se dedica a ver televisión y salir a comprar como único entretenimiento. En el desarrollo de la película su mujer muere y se muestra todo el proceso de cómo el personaje se abandona. Finalmente, sumido en la completa soledad, decide volver a tomar contacto con su hija (que está a punto de casarse). Comprobará cómo su hija es una palurda sin ninguna consideración. Sintiéndose rechazado, Schmidt empieza una suerte de "viaje iniciático en las bondades del buen rollito New Age" subido a una caravana: momentos zen incluídos. En resumen: un puñetazo en el estómago.

Así, "Los descendientes" se erige en el reverso multimillonario de "A propósito de Schmidt" (por cierto: también premiada con dos Globos de Oro en su momento). Si en ésta última el protagonista era un anodino agente de seguros de clase media en la primera estamos ante un anodino abogado inmobiliario de clase alta. La fórmula es idéntica: arrojar un mensaje deprimente a lo largo y ancho de todo el film dejando luego una suerte de moraleja buenrrollista.

En estos tiempos en que se considera seria aspirante a ganar el Oscar a una película muda (?) a nadie sorprende que fórmulas como la de "Little Miss Sunshine" o "Los descendientes" garanticen estar entre las películas más premiadas. Es como ese género en sí mismo de las películas sobre historias de personas discapacitadas intelectual o físicamente. Un billete fácil hacia la admiración de gente que considera transgresor o comprometido el que alguien ruede el exacto proceso de la indigestión humana sin ahorrarnos detalles.



"El cine es un espejo pintado" Ettore Scola

lunes, 16 de enero de 2012

La Sexta 3, PRESENTA......Alfred Hitchcock

Esta tarde la SEXTA 3, tiene preparado un suculento plan cinéfilo, puesto que la jornada de hoy la dedicarán a Alfred Hitchcock con cuatro películas que suponen las perlas más significativas de su filmografía.

A las 17:35 horas, Sabotaje nos traslada a la II Guerra Mundial, y a la amenaza de los nazis.

Más tarde a las 20:00 horas, Recuerda, la primera película en la que aparece Ingrid Bergman, en la que se ve inmersa en una ensoñación angustiosa donde los "recuerdos" y los "sueños" se confunde en la realidad.

En prime time (22:00 horas) La Cortina Rasgada, con el inigualable Paul Newman y la descafeinada Julie Andrews.

En la madrugada a las 00:25 horas Topaz donde
Hitchcock, se traslada a diversos escenarios de todo el mundo para narrar la historia de un desertor soviético.

"I
magínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe. Esto es el suspense."(Alfred Hitchcock)

viernes, 13 de enero de 2012

Un Sherlock Holmes contemporáneo

Sherlock Holmes es un personaje que, rivalizando con Robin Hood y similares, ha sido mil veces llevado al cine y la televisión. El carácter de las adaptaciones de Sherlock Holmes siempre consistió, no obstante, en un ejercicio de clasicismo. No ha sido hasta hace relativamente poco cuando productoras de cine y televisión se pusieron el objetivo de "readaptar" el mito de Sherlock Holmes sacándolo de sus corsés victorianos. Un ejemplo muy conocido de esto es la serie "House", donde Hugh Laurie interpreta a un trasunto de Sherlock Holmes en la forma de médico adicto a los calmantes que resuelve los casos que ningún otro médico resuelve. Y es que Sherlock es atemporal: un tipo que disfruta del aislamiento, es adicto a las drogas y tiene una extraordinaria habilidad. Sin embargo, la nota contemporánea al personaje de Sherlock es la completa anulación de su moralidad. Donde antes Sherlock Holmes se mostraba implacable pero leal a una serie de instituciones y valores, ahora es mostrado prácticamente como un anarquista que ejerce su papel para vencer al aburrimiento, sin más.

El Sherlock Holmes contemporáneo se lleva hasta el absurdo en las adaptaciones de la historia realizadas por Guy Ritchie. En ellas Holmes es presentado como la caricatura del bohemio de la época y como una suerte de personaje de un disparatado Street Fighter victoriano. Aunque las líneas del personaje de Conan Doyle aparecen aquí y allá, el Sherlock interpretado por Robert Downey Jr. (quien como siempre hace de sí mismo) parece un juerguista universitario sin demasiados amigos y que, al igual que el personaje de Hugh Laurie en "House", es desde luego un anarquista. Qué decir del personaje del Dr. Watson (interpretado por Jude Law): un personaje que en las obras de Conan Doyle es la voz de la experiencia del hombre corriente y aquí es incomprensiblemente una persona más joven que Sherlock Holmes. Sin embargo, la cuidada recreación de los escenarios y los vestuarios victorianos en las adaptaciones de Ritchie hace menos desagradable el experimento. Al menos esto ocurría así en la primera adaptación de Ritchie pero no desde luego en la segunda.

"Juego de Sombras" es una película en la que la investigación de Sherlock Holmes prácticamente brilla por su ausencia. Del mismo modo, la interacción personal de Sherlock Holmes con el villano que aparece en esta segunda adaptación de Ritchie (nada menos que el profesor Moriarty) es antinatural. Y es que parte de la "gracia" del personaje de Holmes es su cuidado análisis de los detalles para llegar a verdades mayores y su uso de esos detalles para "comunicarse" con los criminales. La primera adaptación de Guy Ritchie del personaje de Sherlock (año 2009) montraba a un villano (interpretado por el ubicuo Mark Strong) que se mantenía a cierta distancia o se mostraba esquivo frente a Sherlock Holmes. En cambio, en esta segunda parte, al villano Moriarty lo tenemos hasta en la sopa. No tiene sentido que Sherlock Holmes vaya al despacho (?) de Moriarty a tener un intercambio verbal con él. Como no lo tiene tampoco que Moriarty no se oculte en absoluto e incluso sea presentado como una celebridad del momento. ¿Dónde está, entonces, el "juego de sombras"?

Guy Ritchie da todo muy "masticadito", muy facilón, en esta su segunda adaptación de Sherlock Holmes. Nada resulta sorprendente ni hay algún giro que no sea por completo previsible. El Holmes de Ritchie, por tanto, queda en un vulgar ejercicio de pirotecnia a mayor gloria de los fabricantes de palomitas. Mucho más digna, por cierto, la adaptación de Sherlock Holmes a cargo de la BBC que ayer pudimos ver estrenada en Antena 3. En esa adaptación se prescinde por completo de la época victoriana y plantea un Sherlock del siglo XXI. Un personaje inverosímil, claro (dadas las modernas técnicas policiales), pero al que los guionistas saben sacar su jugo como "sociópata con muchas habilidades".


"Yo no soy la ley, pero represento a la justicia hasta donde mis pequeños poderes alcanzan" Sherlock Holmes.